Jesús Sumo Sacerdote – ¿Cuándo Jesús fue ungido? – Santuario Parte 5

¿Sabes en qué momento exacto Jesús se convirtió en sacerdote?

¿Y sabes en qué momento exacto Jesús pasó a ser sumo sacerdote?

¿Por qué Jesús se llama «El Mesías» o «El Cristo»?

¿Por qué empezó su ministerio recién a los 30 años?

¿Y por qué cuando compartió el pan y el vino con los discípulos, dijo que ya no volvería a beber del fruto de la vid?

¿Qué es el bautismo de fuego? 

Aunque te parezca mentira, las respuestas a todas estas preguntas están relacionadas, y las vamos a responder en este post. Sin ninguna duda, te vas a sorprender. 

La Importancia del Ungimiento

Todo el mundo sabe que a Jesús se lo esperaba como el Mesías. La palabra Mesías es una palabra hebrea que en griego se traduce como Cristo.

Lo que poca gente sabe es que la palabra Mesías en hebreo y Cristo en griego significan lo mismo: «ungido». Así que entender el ungimiento es clave, porque esa palabra es la que Dios utilizó para definir a nuestro Salvador. 

Para entender esto, lo primero que nos tenemos que preguntar es: ¿A quiénes se ungía? 

Los profetas eran considerados portavoces de Dios y transmitían su palabra. Su autoridad venía directamente de Dios, y por eso no necesitaban una unción ritual con aceite para validar su llamado.

Por eso, salvo la excepción de Eliseo, ungido por Elías, los profetas no lo eran. En el Antiguo Testamento se ungía a los sacerdotes y a los reyes.

El procedimiento era el siguiente: Dios le indicaba al profeta quién era el elegido para el cargo. Entonces el profeta realizaba un rito muy especial, donde «consagraba» a la persona elegida, colocando sobre ella un aceite perfumado.

Así, con el rito de la unción se dejaba claro que el ungido se había asignado, consagrado, elegido o apartado para el cargo.

Por eso era llamado el rito de la santa unción, porque ser santo significa ser «apartado». 

El Aceite de la Unción

¿Cómo era el aceite de la unción? 

El aceite para ungir no era cualquier aceite. La Biblia no solo nos explica que era un perfume muy especial, sino que en Éxodo 30 está detallada la fórmula exacta de este aceite. Preparado, dice, según el arte del perfumista. Este será el aceite de la unción santa. 

23 «Tomarás especias finas: de mirra excelente, quinientos siclos, y de canela aromática, la mitad, esto es, doscientos cincuenta; de cálamo aromático, doscientos cincuenta; 24 de casia, quinientos, según el siclo del santuario, y de aceite de olivas, un hin. 25 Prepararás con ello el aceite de la santa unción, un ungüento superior, preparado según el arte del perfumista. Este será el aceite de la unción santa”. Éxodo 30:23-25 

Tal como dice en el versículo 30 «Ungirás también a Aarón y a sus hijos, y los consagrarás para que sean mis sacerdotes”. 

Ungirás también a Aarón y a sus hijos, y los consagrarás para que sean mis sacerdotes. Éxodo 30:30 

Pero lo más curioso aún es lo que viene a continuación. Donde no solo Dios dejó claro que era un perfume fino, y especial sino a partir del versículo 32 especifica que debía ser “único”.

“Sobre carne de hombre no será derramado”, dice “ni haréis otro semejante conforme a su composición”. 

Sobre carne de hombre no será derramado, ni haréis otro semejante conforme a su composición; santo es, y por santo lo tendréis vosotros. Éxodo 30:32 

Solo podía ser utilizado sobre los sacerdotes elegidos por Dios a través del profeta, y no obedecer esto era tan grave, que en el versículo 33 advierte que “Cualquiera que ponga este aceite, sobre algún extraño, será eliminado de su pueblo». 

Cualquiera que componga un ungüento semejante o ponga de él sobre algún extraño, será eliminado de su pueblo. Éxodo 30:33 

En el versículo 38 dice que ni siquiera se podía reproducir el perfume para olerlo. 

Cualquiera que haga otro como este para olerlo, será eliminado de su pueblo. Éxodo 30:38 

¿Por qué Dios exigió esto así?

Muy sencillo: el olor era sello del sacerdocio. Por el olor todos podían saber que el que oliera así era sacerdote. Con tan solo percibir el olor, ya sabías que el sacerdote estaba cerca. 

Los judíos tenían tan presente este hecho. Estaban tan familiarizados con el concepto de que el Sumo sacerdote tenía el aroma de un perfume único y especial, que cuando se hablaba del Ungido de Dios, para ellos era sinónimo de decir “el perfumado”. 

Tal como he mencionado muchas veces, es imprescindible conocer la simbología para que podamos entender las profecías bíblicas.

Dios le revela el futuro a sus hijos, a través de las profecías y utiliza un idioma que solo ellos pueden entender. Símbolos proféticos que solo podrán interpretar aquellos que están familiarizados con su palabra. 

En el post de hoy, vamos a comprender una cuarta simbología: la del perfume. 

La simbología del perfume en las oraciones

En la Biblia hay varios versículos que explican claramente que Dios no escucha todas las oraciones.

Es más, hasta llega a decir que algunas oraciones son para el abominación. Es decir, las de algunos sí escucha y las de otros no. 

Lo primero que queremos saber es cómo Dios describe al grupo de creyentes a los cuales él no escucha (y sabemos que son creyentes, sino no le estarían orando a Dios). 

En Salmo 66 dice que Dios no escucharía a los que miran iniquidad. 

Si en mi corazón hubiese yo mirado a la iniquidad, el Señor no me habría escuchado. Salmo 66:18 

Y en Isaías 59 dice que Dios no oye a los que obran iniquidades y pecados. 

Pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír. Isaías 59:2

En Proverbios 28 dice que la oración del que “aparta su oído para no oír la ley,” es abominable para Dios. 

El que aparta su oído para no oír la ley, su oración también es abominable. Proverbios 28:9

Sin embargo, otros versículos como en Santiago 5 dice que la oración eficaz del justo puede mucho. 

Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho. Santiago 5:16 

En Proverbios 15 dice Jehová está lejos de los impíos; pero él oye la oración de los justos. 

Jehová está lejos de los impíos; pero él oye la oración de los justos. Proverbios 15:29

¿Pero qué quiere decir todos estos versículos? ¿Qué para que Dios oiga nuestras oraciones tenemos que ser perfectos y sin pecado? 

Bueno, aquí es donde encontramos tan útil la enseñanza dada por Dios a través de la simbología del perfume. 

Dios describe a la oración del justo, la que él acepta con agrado, como una oración perfumada, de olor grato. En Salmo 141, dice «Suba mi oración delante de ti como el incienso…” 

Suba mi oración delante de ti como el incienso, el don de mis manos como la ofrenda de la tarde. Salmo 141:2 

Tal es así, que la mayoría de la gente llegó a creer que el incienso que sube del altar del templo representa nuestras oraciones.

La confusión es normal, ya que en Apocalipsis 5 dice que «el incienso son las oraciones de los santos.» 

Y cuando hubo tomado el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero; todos tenían arpas, y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos. Apocalipsis 5:8 

Aceptar a Cristo en nuestra vida significa aceptar el bautismo del Espíritu. Es decir, dejar que el amor de Cristo nos transforme a través del Espíritu Santo a su imagen y semejanza. 

Cuando esto ocurre en nuestra vida, cuando Cristo y el Espíritu Santo simbolizados por el incienso están presentes en nuestras vidas, nuestras oraciones suben «mezcladas» con el incienso y tienen un perfume grato a Jehová.

El incienso se hace con aceite que representa al Espíritu Santo. El perfume simboliza a Cristo. 

Si leemos un poco más adelante en Apocalipsis 8 lo vemos más claro cuando dice: “y se le dio mucho incienso para añadirlo a las oraciones de todos los santos” y el versículo siguiente, el 4, dice: subió el incienso “con” las oraciones de los santos. 

Otro ángel vino entonces y se paró ante el altar, con un incensario de oro; y se le dio mucho incienso para añadirlo a las oraciones de todos los santos, sobre el altar de oro que estaba delante del trono. Apocalipsis 8:3 

Ahora sí lo entendemos mejor.

El incienso que sube del altar del santuario representa las oraciones de los santos, no porque el incienso o su perfume sea nuestras oraciones, sino porque el perfume es Cristo, que “se mezcla” con nuestras oraciones. 

Por eso en 2 Corintios 2:14 dice:

Porque para Dios somos grato olor de Cristo en los que se salvan, y en los que se pierden; 2 Corintios 2:14 

Así que la diferencia, aunque parezca sutil, es clave para entender el plan de salvación.

La Biblia llama justo, no al que está sin pecado, sino a aquel que “acepta a Cristo, escuchando al Espíritu Santo y dejando que lo vaya transformando día a día”. 

No es la justicia del creyente la que convierte su oración en olor grato a Jehová, sino los méritos de Cristo que moran en él y se mezclan con su oración. 

 

¿Cuándo Cristo fue ungido como sacerdote?

Para entender este tema, debemos primero comprender qué era un sacerdote. 

Hay mucha confusión sobre este tema, ya que muchos piensan que todos los levitas eran sacerdotes. Pero esto no es así. 

Si bien los levitas tenían responsabilidades importantes con respecto al Santuario, no eran sacerdotes.

El sacerdocio solo era ejercido por los levitas que eran descendientes directos de la familia de Aarón. Y el resto de los levitas que no eran descendientes de Aarón, y que eran la gran mayoría, se encargaban de tareas secundarias. 

La función de los levitas era: 

  • El montaje y desmontaje del Tabernáculo. 
  • El transporte de sus utensilios y materiales. 
  • La custodia de los atrios y patios. 
  • La asistencia a los sacerdotes en sus labores. 
  • El canto y la música durante los servicios religiosos. 

Y las funciones de los sacerdotes (descendientes de Aarón) eran: 

  • Ofrecer sacrificios. 
  • Oficiar ceremonias sagradas. 
  • Enseñar la ley y brindar orientación espiritual. 

Pasemos a ver este gráfico para seguir explicando en qué momento Cristo fue ungido como sacerdote. 

Cristo nació y vivió su vida perfecta. Su ministerio en la tierra duró tres años y medio y estaba representado por los muebles del atrio y las fiestas de primavera hasta la fiesta de las primicias. 

Pero como es obvio, no podía empezar su ministerio sacerdotal sin antes ser ungido como sacerdote.

Así que él esperó pacientemente hasta nada más ni nada menos que la edad de 30 años para ser bautizado, tal como dice en Lucas 3. 

Al comenzar su ministerio, Jesús tenía como treinta años. Él era (según se creía) hijo de José, Lucas 3:23

¿Por qué Cristo esperaría tanto tiempo?

Bueno. En Números 4 nos dice que los sacerdotes junto con los levitas empezaban su ministerio a los 30 años.  

2 Toma la cuenta de los hijos de Coat de entre los hijos de Leví, por sus familias, según las casas de sus padres, 3 de edad de treinta años arriba hasta cincuenta años, todos los que entran en compañía para servir en el tabernáculo de reunión. Números 4:2-3 

La edad mínima de los levitas luego se redujo a los 25 años e incluso a los 20 en la época de David, ya que las tareas eran mucho más fáciles. Estaban en el templo y ya no era necesario trasladar el tabernáculo. 

Pero la edad mínima del sacerdocio estipulada por Dios en número 4 seguía vigente para los sacerdotes y Jesús tenía que cumplir la ley hasta en el más mínimo detalle. 

Así que el bautismo de Jesús por Juan el bautista, marca el comienzo de su ministerio como sacerdote, y atraviesa de esa forma la primera puerta del santuario. 

En vez de ser ungido con aceite que representa el Espíritu Santo, es ungido directamente por el Padre y el Espíritu Santo tal como dice Lucas 3:22. 

El Espíritu Santo se hizo visible “en forma corporal, como paloma,” y el Padre se hizo audible, diciendo con su propia voz desde el cielo “Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia». 

Y descendió el Espíritu Santo sobre él en forma corporal, como paloma, y vino una voz del cielo que decía: Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia. Lucas 3:22 

En el preciso momento en que Jesús se bautizó con Juan el Bautista y es ungido por el Espíritu Santo, empieza su ministerio y se convierte en el Mesías, o el Cristo. Es decir “el ungido”.

Que entendamos esto es muy importante, porque este dato nos servirá para la correcta interpretación de la profecía de las setenta semanas de Daniel (una de las primeras que vamos a ver ya que es una de las más fáciles de entender, y que analizaremos cuando nos metamos de lleno con el tema de las profecías de tiempos). 

 

¿Cuándo Cristo pasa a ser sumo sacerdote?

Vamos a responder esta pregunta desde varios puntos de vista.

En primer lugar, tenemos que ver qué diferencias había entre un sacerdote y un sumo sacerdote. 

La primera diferencia que se suele recalcar y la más conocida es que el sacerdote podía ministrar solo en el atrio y en el lugar Santo mientras que el sumo sacerdote podía traspasar el último velo y entrar al lugar Santísimo, una vez al año en el día de la Expiación. 

Muchos intentan hacerte creer que esta era la principal diferencia, minimizando el rol del sumo sacerdote, por motivos que veremos más adelante en otros posts. 

Sin embargo, no es verdad en absoluto que la única o la principal diferencia entre ellos era que el sumo sacerdote podía entrar al lugar santísimo y el sacerdote no.

La principal diferencia entre los sacerdotes y el sumo sacerdote es mucho más amplia y significativa.

Y está relacionada con a quienes representan y la función intercesora que realizaba cada uno. 

Si bien ambos realizaban tareas de intercesión, su intercesión era completamente diferente. 

Los sacerdotes representan a todos los hijos de Dios que ministran e interceden a favor de los hombres. 

De la misma forma que durante sus tres años y medio Cristo ministró realizando milagros y enseñando, 

tal como después lo pudieron realizar los discípulos. 

El Nuevo Testamento está lleno de versículos que hablan de cómo podemos interceder por otros en oración. En Santiago 5:16 dice «…orad unos por otros, para que seáis sanados». 

Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho. Santiago 5:16 

En Efesios 6:18 dice «Orando en todo tiempo con toda oración y súplica … por todos los santos; 

Orad en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velad en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos Efesios 6:18 

Y aquí te dejo algunos versículos que hablan de cómo debemos interceder por nuestros hermanos, llevando sus cargas, en oración, súplica, etc. 

El tema de la oración intercesora es un tema apasionante y por supuesto excede el espacio de este post, donde solo lo vamos a mencionar.

Y lo mismo pasaba con los milagros que Cristo realizó. Los discípulos curaron enfermos, dieron vista a los ciegos, y hasta resucitaron muertos.

Así como Cristo tuvo una vida de ejemplo, también realizó durante tres años y medio un ministerio de ejemplo para todos nosotros. Sin embargo, el sumo sacerdocio es diferente.

Representa a Cristo y su intercesión es para expiación y remisión de nuestros pecados. Cristo era representado de forma única y exclusiva por el Sumo Sacerdote y por el cordero sacrificado.

Después de su muerte, de la misma forma que ya no debía haber más sacrificios, como dice Hebreos 9, tampoco debía existir sumos sacerdotes tal como lo explica Hebreos 7:23-27. 

 

…se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado. Hebreos 9:26 

25 …puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos. 
26 Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos; 27 que no tiene necesidad cada día, como aquellos sumos sacerdotes, de ofrecer primero sacrificios por sus propios pecados, y luego por los del pueblo… Hebreos 7:25-27 

 

Esta es la principal diferencia entre un sacerdote y el sumo sacerdote.

Todas las demás diferencias son consecuencia de lo anterior. Su función intercesora era diferente porque el sumo sacerdote representaba a Cristo.

Por ese motivo había diferencia en el acceso. Los sacerdotes no podían entrar al lugar Santísimo, y el sumo sacerdote sí.

Por este motivo los sacerdotes eran muchos (todos los Levitas descendientes de Aaron) y el sumo sacerdote era uno solo. Y por este motivo, su vestimenta era diferente, siendo la de los sacerdotes más simple y la del sumo sacerdote mucho más jerarquizada. 

Ahora bien. De la misma forma que ocurrió cuando Jesús fue bautizado y ungido como sacerdote, para que Jesús fuera nombrado sumo sacerdote, debía haber un bautismo y un ungimiento.

¿Ocurrieron estos dos acontecimientos?

¿Y si es así, cuándo?

No te pierdas lo que viene ahora, porque es realmente impresionante. 

 

El bautismo de fuego

Para entender el bautismo de Cristo como sumo sacerdote, debemos primero entender el bautismo de fuego. 

Muchas personas piensan que el bautismo de fuego es el mismo que el bautismo del Espíritu Santo, y la confusión es razonable.

Porque cuando los discípulos recibieron el bautismo del Espíritu Santo en el Pentecostés, dice en Hechos 2:3 que vino como lenguas de fuego.

Y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. Hechos 2:3

Sin embargo, el bautismo de agua es una cosa, el del Espíritu Santo es otra y el bautismo de fuego es otra.  

Cuando Cristo fue bautizado en el Jordán por Juan el bautista, ya había sido sumergido por agua y como vimos anteriormente, fue ungido de forma visible por el Espíritu Santo, el cual se manifestó en forma de paloma.

Sin embargo, bastante más adelante, les dijo a sus discípulos en Lucas 12.

Fuego vine a echar en la tierra; ¿y qué quiero, si ya se ha encendido? De un bautismo tengo que ser bautizado; y ¡cómo me angustio hasta que se cumpla! Lucas 12:49-50 

Refiriéndose a su muerte en la cruz como un bautismo. 

Luego, en otra ocasión, cuando la madre de los hijos de Zebedeo le pide a Jesús que se siente uno a la derecha y otro a la izquierda.

Jesús le responde en Mateo 20: «No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber del vaso que yo he de beber, y ser bautizados con el bautismo con que yo soy bautizado?» Haciendo referencia a su muerte en martirio.  

Y ellos le dijeron: «Podemos» (respondiendo esto sin tener ni idea a qué bautismo se refería Jesús). 

Y Él les dijo: «A la verdad, de mi vaso beberéis, y con el bautismo con que yo soy bautizado, seréis bautizados;» (Esto lo dijo Jesús porque proféticamente sabía que los discípulos sufrirían martirio, el cual consiste en privación de la libertad, sufrimientos o incluso la muerte por causa del evangelio). 

22 Entonces Jesús respondiendo, dijo: No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber del vaso que yo he de beber, y ser bautizados con el bautismo con que yo soy bautizado? Y ellos le dijeron: Podemos. 23 Él les dijo: A la verdad, de mi vaso beberéis, y con el bautismo con que yo soy bautizado, seréis bautizados; Mateo 20:22-23 

Ya hablaremos más adelante y con más detalle del bautismo de fuego, pero simplemente cierro el tema diciendo que, en primer lugar: es Jesús el que nos da el bautismo de fuego tal como dice Mateo 3 cuando Juan el Bautista dijo: «El que viene tras mí, él os bautizará en Espíritu Santo y fuego». 

pero el que viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego. Mateo 3:11 

Esto quiere decir que no es un bautismo que nosotros podamos realizar por iniciativa propia, sino que es enviado del cielo. 

Y, en segundo lugar, por otro lado, no es para todos los hijos de Dios. Sino solo para aquellos cuya fe les permite resistirlo.

En Números 31 dice «Todo lo que resiste el fuego, por fuego lo haréis pasar». 

Todo lo que resiste el fuego, por fuego lo haréis pasar, y será limpio, bien que en las aguas de purificación habrá de purificarse; y haréis pasar por agua todo lo que no resiste el fuego. Números 31:23 

Aquí te dejo otros versículos que hablan del tema en forma profética, por si quieres investigar. 

He aquí te he purificado, y no como a plata; te he escogido en horno de aflicción. Isaías 48:10 

Mas él conoce mi camino; Me probará, y saldré como oro. Job 23:10 

Y meteré en el fuego a la tercera parte, y los fundiré como se funde la plata, y los probaré como se prueba el oro. Él invocará mi nombre, y yo le oiré, y diré: Pueblo mío; y él dirá: Jehová es mi Dios. Zacarias 13:9 

Así que la agonía de Cristo en el Getsemaní y su muerte en la cruz fue el bautismo de Cristo para convertirse en nuestro Sumo Sacerdote. 

Un bautismo de fuego, por el martirio de su pasión. 

Y esto tiene mucha lógica, ya que fue su muerte en la cruz, y su sangre derramada, para remisión y expiación de nuestros pecados, lo que lo convirtió en nuestro Sumo sacerdote, o lo que es lo mismo en nuestro pontífice máximo. 

Es decir, el único puente por el cual podemos acceder a Dios. En este sentido, su intersección es única. 

Las Diferencias entre Sacerdotes y Sumo Sacerdotes

La diferencia entre lo que representaba un sacerdote y un sumo sacerdote, es tan diferente, que aún quedan más diferencias entre ambos para mencionar, pero déjame comentarte solo una más. 

Sus restricciones en su forma de vivir. 

Los sacerdotes, al ser consagrados para administrar los asuntos sagrados del templo, se les imponían ciertas restricciones. Es decir, limitaciones en su conducta para mantener su santidad y pureza ritual. 

Y el sumo sacerdote, al ser un líder religioso supremo, Dios le había impuesto conductas aún más estrictas que los sacerdotes. Muy similares a las que tenían aquellas personas que habían hecho el voto nazareo.

Los que realizaban el voto nazareo, también llamado nazareato, eran personas que habían realizado una promesa de consagración especial a Dios durante un tiempo determinado. 

Aquí te dejo un Link de un video donde introduzco el patrón del número siete que Dios utiliza continuamente en la Biblia.

A partir del minuto 12 explico que, en la Biblia, hay 6 personas que desde su nacimiento fueron elegidas por Dios y algunos de ellos estaban consagrados bajo el voto nazareo, porque estaban apartados para representar a Cristo de una forma especial, al igual que pasaba con el sumo sacerdote.

Eran seis, Cristo, por supuesto, era el séptimo que completaba la serie. 

¿Cuáles eran esas restricciones? Bueno, para empezar, estaba la “contaminación por muerte” en Levítico 21:1-3 dice que un sacerdote no se podía contaminar por nada muerto (ni animal ni hombre). 

1 …diles que un sacerdote no se contamine por un muerto en sus pueblos. 2 Mas por su pariente cercano, por su madre o por su padre, o por su hijo o por su hermano, 3 o por su hermana virgen, a él cercana, la cual no haya tenido marido, por ella se contaminará. Levítico 21:1-3 

Excepto por un pariente cercano, (por su madre, padre, hijo, hermano, o hermana soltera). 

Sin embargo, en Levítico 21:1 o en Número 6:6 dice que tanto el sumo sacerdote como el que había realizado el voto al nazareato no podía acercarse a ningún muerto sin excepción. 

Otra restricción era con respecto a la esposa. El sacerdote no podía casarse con mujer ramera o repudiada, sino que solo podía casarse con una mujer virgen o viuda de otro sacerdote, siempre por supuesto de la casa de Israel. (Ezequiel 44:22 – Levítico 21:7) 

Sin embargo, el sumo sacerdote o el nazareato, solo debía casarse con una israelita virgen. (Lev. 21:13) 

Dicho sea de paso, estos dos puntos entre otros son los que violó Sansón, uno de los seis hombres consagrados por Dios desde su nacimiento, 
cuando se acercó al león muerto y se unió con la pagana Dalila. 

Y aquí viene el punto que quiero resaltar. El sacerdote, no podía beber vino, cuando iba a ejercer el sacerdocio, (Levítico 10:9 o Ezequiel 44:21) Sin embargo, el sumo sacerdote, y el nazareato, no podía beber vino, ni comer uvas, ni ningún derivado de la vid en absoluto. Tal como dice Números 6. 

3 se abstendrá de vino y de sidra. No beberá vinagre de vino ni vinagre de sidra, ni beberá ningún licor de uvas, ni tampoco comerá uvas frescas ni secas. 4 En todo el tiempo de su nazareato, de todo lo que se hace de la vid, desde los granillos hasta el hollejo, no comerá. Números 6:3-4 

Es decir, el sumo sacerdote, mientras dure su sacerdocio que iba de los 30 a los 50 años, y el que realizó el voto nazareo, mientras dure su voto o promesa, no podían probar el fruto de la vid. 

Ese fue el motivo, por el cual Jesús, cuando estaba en la Santa Cena, le dijo a sus discípulos en Mateo 26:

Y os digo que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día en que lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre. Mateo 26:29 

Dijo “Desde ahora” porque a partir del Getsemaní, pasaría por el rito del bautismo y al ser sumo sacerdote, no podría beber ya más del fruto de la vid.

Y también dijo “hasta aquel día” que lo beba de nuevo en el reino de mi Padre, porque cuando salga del Santuario Celestial, para venir a buscarnos, dejará sus vestiduras de sumo sacerdotes y vendrá como rey de reyes y señor de señores. 

¿No te parece increíble como todo encaja perfectamente? 

 Creo que, en este punto, ya se va haciendo evidente, como el santuario, entre otras cosas, muestra el recorrido de las diferentes etapas del ministerio de Cristo para liberarnos de este mundo. 

Pero aún falta algo importante. Todo debía cumplirse según la ley. 

¡El Mesías! ¡El Cristo! 

El ungido con mayúsculas aún no había sido ungido.

 

El perfume de María Magdalena

Unos 10 días antes de la muerte de Cristo en Juan 12 especifica que eran seis días antes de la Pascua. 

Seis días antes de la Pascua fue Jesús a Betania, donde estaba Lázaro, el que había estado muerto y a quien había resucitado de los muertos. Juan 12:1 

En la fiesta de la casa de Simón (Marcos 14:3) ocurre algo impresionante. 

En Juan 12 dice que mientras: 

2 Marta servía, y Lázaro era uno de los que estaban sentados a la mesa con él. 3Entonces María (Magdalena) tomó una libra de perfume de nardo puro, de mucho precio, y ungió los pies de Jesús, y los enjugó con sus cabellos; Y la casa se llenó del olor del perfume. Juan 12:2-3 

Entonces, Lucas 7 nos dice que Jesús, mirando a la mujer, le dijo a Simón: no ungiste mi cabeza con aceite; pero ella ha ungido con perfume mis pies.

No ungiste mi cabeza con aceite; pero ella ha ungido con perfume mis pies. Lucas 7:46 

En el video donde hablo de la Pascua, y cuyo Link te dejo aquí. 

En el minuto 16 explico, que como los ancianos del templo no lo declararon justo a Jesús, lo hizo un tribunal pagano, con más autoridad que el mismo Sanedrín. 

De la misma forma ocurrió aquí. Como el Sanedrín no ungió con el perfume de la santa unción a aquel único digno de ese perfume. Dios lo ungió, con una mujer pecadora, con un perfume de nardo puro de mucho más valor. 

Y volviendo al otro video que habla de la simbología, decíamos que: La semilla debía morir, para que pueda crecer en nosotros.

El cuerpo debía morir, para que podamos comer su sangre y su carne. Y el fuego debía ser recogido del altar del sacrificio que simbolizaba la muerte de Cristo, para poder iluminar los brazos del candelabro que nos representa a nosotros. 

De la misma forma, era necesario que el frasco de alabastro (al igual que Cristo) sea quebrado,  para que su fragancia pueda inundarnos a todos. 

Cerrando de esta forma magistral la simbología del perfume. 

Un Retrato de la Redención en Cristo 

Jesús ensalzó a María Magdalena por haber realizado este acto, que tiene una trascendencia mucho más allá de nuestra comprensión. 

En primer lugar, dijo en Marcos 14: “De cierto os digo que dondequiera que se predique este evangelio, en todo el mundo, también se contará lo que esta ha hecho”. 

De cierto os digo que dondequiera que se predique este evangelio, en todo el mundo, también se contará lo que esta ha hecho. Marcos 14:9 

En segundo lugar, esta es una de las poquísimas historias anterior a la pasión de Jesús que es contada por los cuatro evangelios. 

Y, por último, Jesús le dio el privilegio a María Magdalena, de ser la primera en conocer la mejor noticia jamás contada en la historia de este planeta. 

¡Que Cristo había resucitado! 

En uno de los enlaces anteriores, en el video donde introduzco el número siete, mencioné que había seis hombres que habían nacido de forma milagrosa.

Seguramente hubo más hombres que nacieron de esa forma, pero la Biblia menciona solo a seis y Jesús era el séptimo que completaba y perfeccionaba la serie. 

¿Te acuerdas que al principio de este video te dije que en la Biblia se ungían a los sacerdotes y a los reyes? 

Jesús es el ungido con mayúscula, porque para salvarnos de este mundo, él tuvo que venir como sacerdote primero para salvarnos de la consecuencia del pecado, llevándonos a santificación, y en su segunda venida, vendrá como rey para rescatarnos de la presencia del pecado, para llevarnos a glorificación. 

Es decir, librarnos de Satanás y llevarnos a la Canaán celestial.  

 

El Séptimo Ungido 

Voy a terminar este post con un dato que te dejará con la boca abierta. Seguro que hubo muchos, pero ¿sabes cuántos sacerdotes menciona la Biblia por nombre que fueron elegidos por Dios a través de un profeta? Seis. 

Cristo fue el séptimo sacerdote en completar y perfeccionar la serie. Y si esto te parece increíble, espera a escuchar lo que sigue. 

¿Sabes cuántos reyes menciona la Biblia que fueron elegidos por Dios a través de un profeta? Seis. 

Porque Cristo también es el séptimo rey que completa y perfecciona esta serie. El ungido por excelencia.

Si. Yo también doy gracias a Dios porque su palabra nos sorprende cada día. 

No subestimes las series de siete, porque nos va a seguir revelando cosas increíbles. Especialmente para interpretar las profecías. Nos vemos en el próximo post. 

Por CHRISTIAN JABLOÑSKI

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