Este es el tercer y último post de esta serie sobre el estado de los muertos. En los dos posts anteriores, hemos examinado decenas de versículos que explican de forma clara y sencilla cómo se forma el alma y qué ocurre con ella y nuestra conciencia al morir. Si aún no has leído esos posts, te recomiendo que los leas primero. Aquí te dejo el enlace.
En este capítulo, vamos a ampliar las evidencias bíblicas que demuestran de manera contundente la doctrina correcta, centrándonos especialmente en los textos que hablan de la resurrección. Al final del post, habrá una conclusión que no te puedes perder.
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ToggleOtros textos utilizados para justificar la falsa doctrina
Antes de entrar de lleno en la parte final de nuestro post, donde analizaremos varios versículos que hablan de la resurrección, no quiero dejar de comentar otros dos textos que también se utilizan continuamente para justificar la falsa doctrina de la inmortalidad del alma.
Uno de ellos es la parábola del rico y Lázaro en Lucas 16, uno de los argumentos más utilizados para intentar demostrar que, al morir, el alma va al cielo o al infierno.
No vamos a leer toda la parábola porque es un poco larga, así que si no la conoces, te recomiendo que la leas. Resumiendo, lo que dice es que, al morir, un rico va a las llamas del Hades, donde sufre tormentos, y desde allí ve a un mendigo que él conocía, llamado Lázaro, quien al morir fue al paraíso o al seno de Abraham.
Entonces, el rico le pide a Abraham que envíe a Lázaro a refrescarlo, y luego le pide que vaya a su casa (la casa del rico) a avisar a sus hermanos para que cambien su forma de vivir y no corran la misma suerte que él.
Ellos interpretan que, al contar Jesús esta parábola, se demuestra que el alma, al morir, va o al infierno como el rico, o al seno de Abraham, o al paraíso como el mendigo.
En el post “Cómo se manipula el texto bíblico,” hemos explicado ampliamente por qué no se puede extraer una doctrina de una parábola; más bien, la parábola debe ser analizada a la luz de la doctrina (es decir, a la luz del contexto general de la Biblia).
Si aún no has leído ese post te recomiendo encarecidamente que lo leas, ya que allí se establecen las bases para que puedas identificar fácilmente cuando se está manipulando el texto bíblico. Igualmente, te resumiré en tres puntos por qué no se puede extraer una doctrina de una parábola:
Las parábolas son breves narraciones simbólicas con enseñanzas morales.
Por consiguiente, no se pueden tomar literalmente, ya que una parábola, por definición, es un suceso fingido. En la parábola del rico y Lázaro, Jesús lleva la simbología al límite de lo ridículo para que quede claro que es solo una ficción con una enseñanza. Por ejemplo, la idea de que los que están en el paraíso puedan ver y hablar con los atormentados del infierno, o que alguien en el infierno recibiría alivio con una gota de agua en la lengua, es parte de esta exageración simbólica.
Por consiguiente, primero debo conocer la doctrina para saber qué parte de la parábola es la enseñanza moral y qué parte está para completar la historia. Esto lo explicó Jesús en Lucas 8:10, diciendo que los que no conocen los misterios del reino de Dios, oyen las parábolas, pero no las entienden.
Él dijo:—A vosotros os es dado conocer los misterios del reino de Dios, pero a los otros por parábolas, para que viendo no vean y oyendo no entiendan. Lucas 8:10
En conclusión, por todo esto, es imposible sacar una doctrina de una parábola sin conocer el contexto. Así que la interpretación lógica, tomando en cuenta el contexto, es que la enseñanza de la parábola es justamente el final que está en el versículo 31, que dice:
Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán aunque alguno se levantare de los muertos. Lucas 16:31
Esto se refiere a Él mismo, ya que Jesús resucitó al tercer día y aun así no creyeron.

El otro texto que no quiero dejar de analizar es la historia de Saúl y la adivina de Endor, que se encuentra en 1 Samuel 28. Muchos que defienden la inmortalidad del alma toman esta historia para demostrar que el profeta Samuel está vivo en el cielo y se le apareció a Saúl.
En primer lugar, no podemos sacar una doctrina de una historia real sin tomar en cuenta el contexto, porque es el contexto general de la Biblia el que nos ayudará a entender la enseñanza moral de la historia.
El contexto general ya lo hemos analizado ampliamente a lo largo de este post, y tenemos una montaña de versículos y motivos suficientes para saber con certeza que era imposible que Samuel se comunicara con Saúl a través de la adivina, ya que Samuel estaba muerto y el alma no va al cielo hasta la resurrección.
Pero analicemos también rápidamente el contexto inmediato, que nos confirmará aún más lo que estamos diciendo.
En primer lugar, en la misma narración, en el versículo 6, se nos dice que Dios ya no le respondía a Saúl ni por sueños, ni por Urim, ni por profetas.
Consultó Saúl a Jehová, pero Jehová no le respondió ni por sueños ni por el Urim ni por los profetas. 1 Samuel 28:6
Además, en 1 Samuel 16:14 dice que Dios se había apartado de Saúl.
El espíritu de Jehová se apartó de Saúl, y un espíritu malo de parte de Jehová lo atormentaba. 1 Samuel 16:14
En segundo lugar, Dios no se iba a comunicar con Samuel a través de un medio prohibido. En su desesperación y alejado de Dios, Saúl utiliza la adivinación para intentar que Dios le envíe un profeta, un medio prohibido por Dios en repetidas ocasiones. Aquí abajo te dejo los versículos.

Por ultimo, en tercer lugar, Saúl sabía claramente que estaba prohibido. De hecho, en el versículo 9, la adivina le dice que teme por su vida, porque el rey Saúl prohibía y perseguía la adivinación en su territorio.
La mujer le respondió:—Bien sabes lo que Saúl ha hecho, cómo ha extirpado de la tierra a los evocadores y a los adivinos. ¿Por qué, pues, me pones esta trampa para hacerme morir? 1 Samuel 28:9
Así que si Dios no le respondía por los medios permitidos, mucho menos lo haría por un medio prohibido por Él.
Por consiguiente, la interpretación lógica tomando en cuenta el contexto general de la Biblia, de acuerdo a todo lo que hemos estudiado en estos posts, y el contexto inmediato sobre la realidad de Saúl, es que el que se le apareció a la adivina no fue Samuel, sino un demonio que se hizo pasar por Samuel.
Siendo, como siempre, la interpretación una suposición arbitraria por no tomar en cuenta el contexto.

Un comentario importante: Todo intento de comunicación con los muertos no es otra cosa que comunicación con los demonios. Por eso Dios lo prohíbe tanto.
La resurrección
Ahora bien, procedamos a examinar los textos que explican la resurrección, con el fin de continuar ampliando esta extensa colección de versículos que presentan de manera coherente y unánime la verdadera doctrina a lo largo de toda la Biblia.
Hasta este punto, hemos ilustrado las dos doctrinas utilizando esta imagen.

No obstante, vamos a reemplazarla por un gráfico que expresará lo mismo de una forma más clara y didáctica.

En este grafico, marcado en verde, se encuentra la doctrina correcta, la cual ha sido confirmada repetidamente por todos los textos que hemos revisado. Según esta doctrina, primero morimos y volvemos al polvo, donde hay solo silencio.
Permanecemos en un estado de inconsciencia hasta la venida de Cristo. Para el creyente, la muerte es como un sueño, pues cuando Cristo regrese, nos resucitará, es decir, nos devolverá a la vida en un cuerpo redimido, para que podamos ir al cielo.
En contraste, en color naranja, se representa la falsa doctrina de la inmortalidad del alma.

Según esta creencia, al morir, el cuerpo retorna al polvo, pero el alma va al infierno o al cielo, según corresponda. Cuando Cristo vuelva en su segunda venida, traerá consigo a las almas desde el cielo, y la resurrección no consistirá en pasar de la muerte a la vida, sino en recibir un nuevo cuerpo, para luego retornar al cielo con dicho cuerpo.
Ahora iremos leyendo algunos versículos que tratan este tema, para analizar cuál de las dos creencias expresan:
En Salmos 71:20, leemos:
Volverás a darme vida y de nuevo me levantarás desde los abismos de la tierra. Salmos 71:20
Como puedes observar, la frase «levantar desde los abismos de la tierra» coincide perfectamente con la doctrina bíblica y contradice completamente la idea de que venimos del cielo a buscar un cuerpo.
En Daniel 12:2, se dice:
Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados. Daniel 12:2
Esto no podría ser más claro: morir en el polvo y ser despertado describe la doctrina correcta, y no guarda relación alguna con la idea de venir con Cristo para tomar un nuevo cuerpo.
Daniel 12:13 nos dice:
Y tú irás hasta el fin, y reposarás, y te levantarás para recibir tu heredad al fin de los días. Daniel 12:13
Nuevamente, este versículo describe de manera precisa la doctrina bíblica y contradice la falsa doctrina.
En Isaías 26:19, leemos:
Tus muertos vivirán; sus cadáveres resucitarán. ¡Despertad y cantad, moradores del polvo! Isaías 26:19
Aquí se enfatiza que, antes de la resurrección, estaban muertos y son traídos de nuevo a la vida. Aquellos que despiertan son llamados «los moradores del polvo», lo cual es completamente incompatible con la falsa doctrina.
Antes de continuar, debemos analizar algunos textos que son utilizados para justificar la falsa doctrina. Ante la abrumadora evidencia de que son los muertos, los moradores del polvo, quienes volverán a la vida el día de la resurrección, me llamó profundamente la atención escuchar a un predicador famoso explicar la idea contraria utilizando un texto de Pablo, específicamente en 1 Tesalonicenses 4:14, que dice:
Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él. 1 Tesalonicenses 4:14
Según la interpretación de este predicador, aquí se sugiere que Jesús vendrá del cielo a la tierra trayendo consigo a las almas de los que durmieron en Él, es decir, a las almas que moran en el cielo.
Sin embargo, si consideramos el contexto general de la Biblia, el cual se enriquece cada vez más con una cantidad abrumadora de versículos, llegaremos a una conclusión diferente. Mucho menos si tomamos en cuenta el contexto inmediato, que lo explica de manera sumamente clara.
El versículo anterior aclara que se está hablando de «los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza». Es decir, está hablando de los muertos, no de aquellos que están en el cielo con Cristo.
No se puede estar durmiendo y estar en el cielo con Cristo al mismo tiempo. Si hubiera almas en el cielo con Cristo, no serían llamados «los que duermen».
Luego, en los versículos siguientes, Pablo, quien se incluye entre los vivos en la venida de Cristo, dice:
que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor. 1 Tesalonicenses 4:15
Pablo, al igual que todos los profetas y discípulos, pensaba que Jesús vendría en su época. Él aclara que los muertos en Cristo resucitarán primero.
El Señor mismo, con voz de mando, con voz de arcángel y con trompeta de Dios, descenderá del cielo. Entonces, los muertos en Cristo resucitarán primero. 1 Tesalonicenses 4:16
Si fueran almas que vienen con Él desde el cielo, no serían llamados «muertos en Cristo». Luego pablo dice:
Luego nosotros, los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. 1 Tesalonicenses 4:17
Si vinieran con Él, no estarían recibiéndolo en el aire. ¿No te parece?
Por lo tanto, la interpretación lógica tomando en cuenta el contexto es que, cuando dice que Dios traerá con Jesús a los que durmieron en Él, no se refiere a que los traerá a la tierra, sino que los llevará al cielo. ¡El versículo no puede ser más claro!
La primera interpretación, en cambio, es una suposición arbitraria que contradice completamente lo que la Biblia explica repetidamente. Personalmente, creo que Pablo lo explica con tanta claridad, que forzar estos versículos de esta manera no es solo ignorar el contexto, sino esconderlo intencionadamente.

Aunque este no es el tema central de este capítulo, quiero señalar que Dios siempre ha dado a sus hijos, en todas las épocas, la sensación de que la venida del Mesías en Gloria y Majestad para salvarlos era inminente.
Esto lo hace porque conoce nuestra necesidad de estar continuamente velando y orando. La doctrina de la inmortalidad del alma va totalmente en contra de este sentimiento de inminencia, espera ansiosa, y de velar y orar, ya que, si al morir vamos inmediatamente a la presencia de Dios, su segunda venida pierde trascendencia.
Otros textos que se utilizan con frecuencia para justificar la inmortalidad del alma son aquellos que Pablo escribió en 2 Corintios 5:1-8, los cuales te recomiendo que vayas a leerlos. En estos pasajes, frases como: «nuestra morada terrestre», «este tabernáculo, que se deshace» o «Estando en el cuerpo, ausentes del Señor», se refieren al cuerpo que dejamos al morir, y eso es correcto.
Sin embargo, estos textos son interpretados erróneamente por algunos, que sostienen que las frases: «revestidos de aquella nuestra habitación celestial», «Entonces lo mortal es absorbido por la vida» y «Pasando a estar ausentes del cuerpo y presentes al Señor», se refieren al alma cuando sube al cielo, intentando mostrar este pasaje como una prueba de la inmortalidad del alma.
Una vez más, como siempre, el contexto general de la Biblia nos impide llegar a esta conclusión. Y si tomamos en cuenta el contexto inmediato, nos daremos cuenta de inmediato que es un texto de interpretación ambigua, ya que no está hablando de la muerte, sino de la resurrección. En 1 Corintios 15, Pablo nos explica de manera clarísima cómo debemos interpretar todo esto.
En ese capítulo, Pablo habla extensamente sobre la resurrección. Te recomiendo leerlo en su totalidad, ya que es muy revelador, pero para abreviar, leeremos algunas partes:
En el versículo 3, Pablo dice:
…Cristo murió por nuestros pecados… 1 Corintios 15:3
En el versículo 4:
…y resucitó al tercer día. 1 Corintios 15:4
En el versículo 22:
…en Cristo todos serán vivificados. 1 Corintios 15:22
Y en el versículo 35, pregunta:
¿Cómo resucitarán los muertos? 1 Corintios 15:35
Luego, siempre refiriéndose a la resurrección, Pablo dice en el versículo 40:
Y hay cuerpos celestiales, y cuerpos terrenales. 1 Corintios 15:40
En el versículo 42, continúa:
Así también es la resurrección de los muertos. Se siembra en corrupción, resucitará en incorrupción. 1 Corintios 15:42
Es decir, aquí explica que morimos con un cuerpo terrenal y corruptible, pero resucitaremos con otro cuerpo celestial e incorruptible.
En el versículo 51, Pablo revela:
He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles. 1 Corintios 15:51
Lo repite nuevamente, «y nosotros…», refiriéndose a los vivos cuando Cristo venga, ya que él creía que la venida de Cristo sería en su tiempo. «Nosotros seremos transformados», aclara. «Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad».
En el versículo 54, lo dice de manera inequívoca:
Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces (recién ahí) se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria. ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? 1 Corintios 15:54
Es importante destacar que, recién en la resurrección, se vence a la muerte. Si al morir fuéramos al cielo, no habría necesidad de vencer a la muerte, pues el alma sería inmortal. ¿No te parece?
Ahora que hemos leído lo que Pablo explicó en 1 Corintios 15, podemos comprender que la interpretación lógica tomando en cuenta el contexto es que, cuando Pablo usa las frases: «revestidos de aquella habitación celestial», «entonces lo mortal es absorbido por la vida» y «pasando a estar ausentes del cuerpo mortal y presentes al Señor», no se refiere al alma cuando sube al cielo, sino a la resurrección.
Por lo tanto, la primera interpretación es una suposición arbitraria, consecuencia de no tomar en cuenta el contexto.

Jesús mismo explicó de manera muy clara este tema en Lucas 20:35-37.
35 pero los que son tenidos por dignos de alcanzar aquel siglo y la resurrección de entre los muertos, ni se casan ni se dan en casamiento, 36 porque ya no pueden morir, pues son iguales a los ángeles, y son hijos de Dios al ser hijos de la resurrección. 37 Pero en cuanto a que los muertos han de resucitar, aun Moisés lo enseñó en el pasaje de la zarza, cuando llama al Señor, Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob. Lucas 20:35-37
En primer lugar, enfatiza que la resurrección ocurre «de entre los muertos». En segundo lugar, afirma que «no pueden ya más morir al ser hijos de la resurrección», lo cual coincide exactamente con lo que Pablo enseña en 1 Corintios 15, donde explica que solo en la resurrección nos revestimos de inmortalidad. Finalmente, Jesús añade que «en cuanto a que los muertos han de resucitar… Dios no es Dios de muertos sino de vivos», confirmando una vez más la doctrina bíblica.
En Mateo 25:31-33, Jesús dice:
31 »Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria, 32 y serán reunidas delante de él todas las naciones; entonces apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. 33 Y pondrá las ovejas a su derecha y los cabritos a su izquierda. Mateo 25:31-33
aclarando que vendrá acompañado por ángeles y no por almas, como enseñan falsamente algunos. Solo entonces, en el versículo 34, Jesús dirá:
Entonces el Rey dirá a los de su derecha: “Venid, benditos de mi Padre, heredad el Reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. Mateo 25:34
Si las almas vinieran con Él desde el cielo, no tendría sentido decir «venid» ni «heredad», ya que esto implicaría que ya habrían heredado el reino previamente.
Cabe mencionar, aunque no es el tema central de este post, que el juicio final es un tema amplio. Sin embargo, lo menciono brevemente para aclarar que la Biblia habla del día del Juicio, cuando Jesús separará a los que serán salvos de los que no, antes de la resurrección, y no en el día de la muerte, como enseñan quienes creen en la inmortalidad del alma.
En los versículos 32 y 33 del mismo pasaje, Jesús dice:
- Se sentará en su trono de gloria.
- Serán reunidas delante de Él todas las naciones.
- Apartará a unos de otros, como un pastor separa las ovejas de los cabritos.
Entonces, y solo entonces, ocurrirá la resurrección.
Lo mismo se expresa en Juan 5:27-29:
27 y, además, le dio autoridad de hacer juicio, por cuanto es el Hijo del hombre. 28 No os asombréis de esto, porque llegará la hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; 29 y los que hicieron lo bueno saldrán a resurrección de vida; pero los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación. Juan 5:27-29
Jesús deja claro que «todos los que están en los sepulcros oirán su voz»; es decir, los que resucitan están en el sepulcro, no vienen con Él desde el cielo. Además, se da a entender que habrá un juicio justo antes, ya que Jesús dice: «Se le dio autoridad de hacer juicio… y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; más los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación».
Existen muchos textos como este que dejan claro que hay un día de juicio global antes de la resurrección, y no en el día de nuestra muerte. Para ilustrarlo, leamos Apocalipsis 20:12-13, donde dice:
12 Y vi los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios. Los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida. Y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. 13 El mar entregó los muertos que había en él, y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos, y fueron juzgados cada uno según sus obras. Apocalipsis 20:12-13
Conclusión
A modo de conclusión, la imagen de abajo muestra algunos de los versículos, que hemos estado viendo, que apoyan la doctrina verdadera

Tomando en cuenta estos versículos, quiero mencionar las incoherencias que surgen al creer en la inmortalidad del alma:
- No tiene sentido decir que la Biblia enseña que «tenemos» un alma, cuando en realidad enseña que «somos» un alma, formada por un cuerpo y el espíritu de Dios.
- No tiene sentido afirmar que la Biblia enseña que el alma es inmortal, cuando muchos versículos, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, declaran claramente que es mortal.
- No tiene sentido decir que al morir, el alma va al cielo, cuando no existe un solo texto que lo explique de manera clara y sencilla; más bien, la Biblia afirma que al morir volvemos al polvo.
- No tiene sentido afirmar que vamos al cielo, cuando los patriarcas al morir iban al polvo.
- Y mucho menos sentido tiene decir que un alma consciente sube al cielo al morir, cuando la Biblia claramente declara que duerme, que está inconsciente y que nada sabe.
Estas incongruencias son justificadas por algunos afirmando que la Biblia se refiere al cuerpo y no al alma. Sin embargo, si el cuerpo inerte se desintegra en el polvo y la conciencia sube al cielo en un alma inmortal, ¿por qué la Biblia se referiría continuamente a los atributos propios de la conciencia al dirigirse al cuerpo inerte, en lugar de al alma?
Más aún, si lo importante es lo que está en el cielo, el alma que se encuentra en el paraíso, ¿por qué la Biblia solo habla del cuerpo que está en la tierra y que se desintegró?
Tampoco tiene sentido que el alma siga viva, cuando la Biblia dice que solo en la resurrección vivirán.
Ni tiene sentido afirmar que cuando Cristo venga, las almas vendrán con Él para recibir un cuerpo, cuando la Biblia deja muy claro que en la resurrección llamará a los muertos, o moradores del polvo, desde el sepulcro.
Y esto, amigo mío, se debe a que la doctrina de la inmortalidad del alma no solo es el mayor engaño que Satanás inculcó a los seres humanos, sino que también fue el primero, pues fue la mentira que Satanás utilizó para tentar a Eva cuando le dijo en Génesis 3:4:
Entonces la serpiente dijo a la mujer: No morirás. Genesis 3:4
Veamos algunas falsas creencias que surgen de la doctrina de la inmortalidad del alma:
- El espiritismo: El intento de comunicarse con los muertos surge de esta falsa creencia; no es otra cosa que comunicación con demonios.
- La adoración de los santos.
- El tormento eterno: ¿Un joven que vivió una mala vida durante 20 años, se muere y va al infierno? Durante esos 20 años, mientras vivía, podía arrepentirse, pero en el tormento eterno, ¿no puede arrepentirse? ¿Sufrirá eternamente? ¿En serio? ¿No es eso demasiado?
Doctrinas que se distorsionan:
- El juicio: Aquí te dejo varios versículos que hablan del día del juicio final. Si el alma es juzgada el día de su muerte para ir al cielo o al infierno, ¿para qué es el juicio final del que tanto se habla?
- La resurrección: Si las almas ya están en el paraíso, ¿qué sentido tiene la resurrección? Resurrección significa volver a la vida, no recibir un cuerpo. Además, se pierde interés en la Segunda Venida de Cristo, por la cual Jesús repetidamente nos pide que oremos y velemos.
Si ya creías en esto, espero que este post te haya ayudado a confirmar tus creencias. Si estabas en dudas, tal vez este post haya inclinado la balanza hacia la verdad.
Pero si toda tu vida creíste firmemente en la inmortalidad del alma y ahora estás confundido, quiero decirte que la religión a la que perteneces no puede corregir este error.
No te preocupes, cambiar de paradigma lleva tiempo. Sigue viendo mis posts, y verás cómo, poco a poco, todo comienza a cobrar sentido, como un gran rompecabezas.
Y si eres un pastor, cura, obispo o ministro de cualquier religión, y enseñas la inmortalidad del alma, si realmente eres sincero, revisa tus enseñanzas, porque es muy grave llevar a tus feligreses por el camino del engaño. Recuerda que de la comprensión de estos temas puede depender tu vida eterna y la de tu familia.

Por CHRISTIAN JABLOÑSKI
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